¿Quién no ha comido alguna vez una magdalena? ¿Quién no recuerda esas magdalenas caseras que comía cuando era pequeñ@?
Ya llevo bastantes intentos en los que trato de conseguir esa magdalena que me comía para desayunar cuando era pequeña, cortada en tres porciones y sobre la que me esparcía un poco de mermelada casera que hacía mi abuela con los excedentes de fruta de los huertos de mi abuelo. Me encantaba la de pera y la de melocotón y pera, y sobre la magdalena era… ¡una auténtica delicia! Dar con esa magdalena me ha costado, especialmente con el copete. Finalmente, y después de varios intentos, por fin he dado con la receta, aunque la he adaptado a mis gustos y a mi forma de entender la repostería: sana, ligera y baja en azúcar, sin que ello suponga alterar el sabor tradicional.
- Dificultad: Fácil
- Duración: ~45 minutos (30 de preparación + 15 de horno)
- Salen unas 14 magdalenas grandes
Ingredientes:
- 350 gr de harina integral de espelta
- 200 ml de aceite de oliva suave (también se pueden hacer con aceite de girasol)
- 250 ml de bebida de soja (se pueden hacer con leche)
- 3 huevos (he usado huevos camperos Pazo de Vilane tamaño grande)
- 200 gr de azúcar integral ecológico (uso marca Native)
- 1 pizca de sal
- 17 gr de levadura tipo Royal
- Ralladura de 2 limones (ecológicos)
- Ralladura de 1 naranja (ecológica)
- 1 cucharada sopera de zumo de limón (ecológico)
Para espolvorear:
- 1 cucharada de azúcar integral ecológico
- 1 cucharada de canela molida
*Todos los ingredientes deben estar a temperatura ambiente.
Utensilios
- Batidora de varillas eléctrica
- Espátula de silicona
- Bol de metal para hacer la mezcla.
- Cápsulas blandas para magdalenas
- Molde rígido de metal para magdalenas o cupcakes, o flaneras de metal o de aluminio
- Rejilla enfriadora
- Tamiz o colador fino
Consejos
Es muy importante seguir la receta al pie de la letra y pesar bien los ingredientes.
Calentar bien el bol donde vamos a mezclar los diferentes ingredientes de las magdalenas
Para que salga un buen copete:
Es imprescindible dejar enfriar la masa de las magdalenas al menos 30 minutos en la nevera.
LLenar los moldes hasta un dedo del borde.
Poner el azúcar justo antes de meterlas en el horno.
Poner las cápsulas en un molde rígido de metal para que la masa no se desparrame.
Que el horno esté bien caliente. Precaliéntalo con aire arriba y abajo a 250ºC y bájalo a 220ºC cuando las introduzcas. Vuélvelo a bajar a 200ºC después de 10 minutos.
Procedimiento
Calentamos el bol de la batidora donde vamos a trabajar la masa de las magdalenas. Para ello lo llenamos con agua bien caliente.
Preparamos la leche y le añadimos dos cucharadas soperas de zumo de limón. Si no hacemos este paso no pasa nada, las magdalenas salen igual de buenas, pero yo creo que así están mucho más jugosas.
Tamizamos la harina junto con la levadura y reservamos. Al ser harina integral la podemos tamizar igual que la normal, pero veremos que en el tamiz se quedan los copos de salvado que son demasiado grandes y no pasan. Yo lo que hago es tamizar bien y cuando ya veo que sólo queda el salvado lo incorporo directamente en el bol.
Preparamos un molde rígido de metal con moldes de papel para magdalenas y reservamos.
Cuando ya tengamos preparados los ingredientes vaciamos el bol de la batidora y lo secamos.
Introducimos los huevos y el azúcar y batimos a velocidad media durante 5 minutos hasta que la masa aumente su volumen y blanquee.
Añadimos la sal y la ralladura de limón y naranja y seguimos batiendo unos 15 segundos para que se integren bien.
Añadimos el aceite y seguimos batiendo durante unos 15 segundos más.
Añadimos la leche y batimos unos segundos más.
Incorporamos la harina y la levadura tamizadas al resto de la preparación y ahora mezclamos con espátula hasta que veamos que la harina se ha mezclado bien y no nos queda ningún grumo de harina.
Llenamos las cápsulas de las magdalenas hasta que falte un dedo para llegar al borde. No os paséis, si no en vez de hacer copete se desparramarán.
Dejamos reposar la masa durante unos 30 minutos en la nevera, y mientras tanto precalentamos el horno a 250ºC, con calor arriba y abajo.
Mezclamos la cucharada de azúcar integral con la cucharada de canela para espolvorear sobre las magdalenas antes del horneado.
Transcurrido el tiempo sacamos las magdalenas de la nevera y las espolvoreamos con la mezcla de azúcar y canela (este paso es opcional, podemos hacerlo o no y no altera al resultado final). A mi me gusta más hacerlo ya que las magadalenas no son muy dulces con lo que engañamos al gusto con ese punto extra de dulzor, a la vez que le da un toque crujiente a la magdalena que me encanta.
Para hornearlas yo lo hago sobre la rejilla y en la posición más baja del horno, en parte porque mi horno calienta más arriba que abajo, y en parte porque me gusta que queden ligeramente doradas y de esta manera consigo que queden a mi gusto. Aunque suene muy típico, lo suyo sería que cada un@ conociera su horno, para poder conseguir su magdalena perfecta.
Una vez las introducimos en el horno y cerramos la puerta, bajamos la temperatura a 220ºC y programamos 10 minutos.
Cuando suene la alarma bajamos el horno a 200ºC y programamos 5 minutos.
Depués de ese tiempo tenemos listas nuestras magdalenas. Dejamos enfriar el molde sobre una rejilla durante unos 5 minutos. Después sacamos las magdalenas del molde rígido y dejamos que enfrien completamente sobre la rejilla.
Espero que os animéis a hacerlas y que a partir de ahora la únicas magdalenas que haya por casa sean las vuestras.
¡Buen provecho!
Las magdalenas son un dulce típico de Francia y España de origen incierto. No obstante hay dos teorías acerca del mismo:
La primera data del siglo XVIII (1755) cuando el cocinero del Castillo de Commercy se enfadó y marchó del palacio con todo lo que había elaborado para una cena que el destronado rey de Polonia, Estanislao I Leszczynski había organizado en dicho palacio donde pasaba la temporada estival. Fue entonces cuando una joven criada llamada Madeleina Paulmier preparó para la ocasión un dulce que le había enseñado su abuela en forma de concha con el que los invitados quedaron encantados. Estanislao I bautizó el dulce con el nombre de la joven y el de su palacio, conociéndose como Madeleine de Commercy.
La segunda afirma que las magdalenas tienen su origen en los peregrinajes a Santiago de Compostela, donde una joven llamada Magdalena elaboraba unos dulces en forma de concha, símbolo del peregrinaje a Santiago, y los repartía entre los peregrinos, extendiéndose por los diferentes lugares del camino y popularizándose con el nombre de la joven que los elaboraba. Esto explica que las magdalenas sean un dulce tradicional en España.
Aunque los ingredientes de los dos tipos de magdalenas son muy similares: harina, huevos, azúcar, mantequilla (aceite), levadura y ralladura de limón en distinta proporción; en Francia tradicionalmente se elaboran montando a punto de nieve las claras para conseguir una masa más ligera.