No hay Navidad sin los típicos “Pastissos de Boniato” que todos los años hacía mi abuela y que junto con los turrones, mazapanes, polvorones y castañas asadas componían su tradicional bandeja de plata de dulces navideños. Adoraba ese momento en el que podía saborear sus famosos “pastissos” que llevaba, ni más ni menos, que un año sin poderlos probar, porque sólo se hacían para la víspera de Navidad. Era todo un ritual entre madre (mi abuela) e hija (mi madre) y nietas (yo y mis hermanas) que estábamos por ahí jugando e intentando ayudar mientras ellas pastaban los “pastissos”. Aunque poco nos dejaban hacer, excepto mirar para aprender, al final yo -que era la mayor- siempre conseguía que me dejara pintarlos con huevo y ponerles el azúcar y la canela por encima, todo un privilegio. Este mes es especial, la Navidad y sus tradiciones son las protagonistas del reto Una galleta un cuento al frente del cual está Patricia @pattyscakebakery; entre tod@s l@s participantes hemos elegido un cuento Navideño para que nuestra fiesta este mes tenga ese toque tradicional Navideño tan perfecto para este mes de diciembre. El cuento con el que debemos inspirar nuestra fiesta temática es “Artabán, el cuarto Rey Mago”. Artabán era el protagonista del cuento “The Other Wise Man (El otro rey mago)”, escrito en 1896 por Henry van Dyke, teólogo presbiteriano estadounidense, que contaba cómo los cuatro reyes de Oriente iban en busca de Jesús para hacerle los honores que se merecía. Melchor le llevaba oro, Gaspar incienso, Baltasar mirra y Artabán un diamante, un rubí y una perla. Durante el camino Artabán se fue encontrando con la necesidad de ayudar a niños, hombres y mujeres de sus desdichas, por lo que tuvo que ofrecer a cambio de mejorar su situación una de esas joyas destinadas al rey de los judíos. Si queréis saber más no dejéis de leer el cuento (https://es.wikipedia.org/wiki/Artabán) que es una auténtica lección de compasión, solidaridad y sobretodo amor por el prójimo. Es por ello que he decidido compartir con vosotros una de las pastas más tradicionales de mi tierra y en concreto de mi familia, porque “Sin Pastissos no es Navidad”.
- Dificultad: Media
- Tiempo: 3 horas más el tiempo de elaboración del relleno (aproximadamente 2 horas)
- Porciones: Unas 3 docenas de “pastissos” según el tamaño.
Ingredientes para la masa de unas 7 docenas de pastissos
- 450 ml. aceite de oliva virgen (suave)
- 190 ml. anís para pastas. En la Comunidad Valenciana “aiguardent”
- 105 ml. moscatel/mistela
- 940 gr. harina floja
Para pintar con huevo y espolvorear:
- 1 huevo batido
- 2 ó 3 cucharadas de azúcar moreno
- 1 cucharada de canela en polvo
La receta tradicional es:
- 5 medidas de aceite de oliva virgen (suave)
- 2 medidas de anís para pastas. En la Comunidad Valenciana “aiguardent”
- 1 medida de Moscatel.
- La harina que admita
La medida hace referencia a la utilización de un mismo recipiente para llevar a cabo la receta. En mi caso he utilizado un vaso pequeño de aproximadamente 100 ml. de agua. Las primeras cantidades, por tanto, son las utilizadas con esa medida de vaso pero con el peso equivalente según el ingrediente y ya multiplicadas por la cantidad de medidas pertinentes.
Ingredientes para el relleno
Si usamos la confitura de boniato de compra:
- 2 latas de confitura de boniato
- 1 rama de canela
- Corteza de 1 limón
- 1 medida (100 ml.) de anís para pastas o aguardiente
Si hacemos nosotros la confitura de boniato:
- 1,5 kg. de pasta de boniato (que obtenemos de 2 kg. de boniatos blancos)
- 750 gr. de azúcar cristal ecológico (yo uso marca Native)
- 1 rama de canela
- Corteza de 1 limón
- 1 medida (100 ml.) de anís para pastas o aguardiente
Procedimiento
- El día de antes prepararemos la confitura de boniato. Podemos hacerla a medias, es decir comprando 2 latas de confitura de boniato (la venden en cualquier supermercado) a la que daremos nuestro toque personal cociendo en una olla o cazo grande los dos quilos de confitura con la rama de canela, el anís para pastas y la corteza de limón.
- Dejaremos cocer a fuego medio-bajo durante una hora removiendo de vez en cuando para que no se pegue y se vaya evaporando el alcohol del anís.
- Pasada esa hora dejaremos enfriar a temperatura ambiente hasta ser utilizada.
- Si la hacemos nosotros desde el principio debemos lavar bien los 2 quilos de boniatos y los pondremos a cocer en una olla con agua. Tardan unos 30 minutos en estar cocidos, de todas formas debemos comprobar antes si están cocidos pinchándolos con un cuchillo.
- Una vez cocidos escurrimos el agua, los pelamos y los trituramos con una batidora o con la Thermomix. Si lo hacemos con una batidora debemos pasarlos por un pasapurés para que quede una confitura lo más fina posible.
- Cuando tengamos nuestra pasta de boniato blanco la pesamos y si nos quedan 1,5 kg. añadimos 750 gr. de azúcar; si nos queda más o menos añadimos en proporción más o menos azúcar, así de fácil. Podemos añadir hasta la misma cantidad de azúcar que de pasta de boniato, pero a mí me resulta demasiado dulce (aunque para gustos colores). Agregamos también la rama de canela, la corteza de limón y la medida de anís.
- A partir de aquí seguimos el mismo procedimiento del punto 2 y 3.
- Ahora nos disponemos a elaborar la masa de los “pastissos”. En un bol grande disponemos el aceite, el anís para pastas y el moscatel. Trabajaremos siempre con las manos así que manos a la masa y a remover bien los ingredientes. Iremos poco a poco introduciendo la harina mientras vamos integrándola con los líquidos. La masa debe quedar blanda pero no pegajosa, se debe despegar bien de las manos. Las cantidades de harina de la receta son las que admite la cantidad de líquidos establecida en ella, sin embargo debemos ajustarla bien, por si hemos modificado ligeramente esas cantidades.
- Ahora viene la parte más importante en la elaboración de la masa, puesto que debemos trabajarla bien para que nos quede una masa lisa, suave y muy elástica. Para ello os he preparado unos vídeos para que podáis ver como se debe trabajar la masa. Vamos cogiendo una porción de la masa y la iremos golpeando sobre la encimera de la cocina, cuando más la golpeemos más lisa quedará, ahhh y ojo con el brazo, que con tanto golpe…
- Una vez tenemos toda la masa trabajada -iremos viendo la diferencia entre la masa trabajada y la no trabajada- vamos haciendo bolitas de entre 4 ó 5 gr.
- Después aplanaremos la bolita sobre papel vegetal untado bien con aceite para que no se nos pegue la masa y procederemos como se muestra en el vídeo. Aplanaremos la masa lo más que podamos sin que se rompa en forma de círculo y rellenaremos con una cucharada de confitura que dispondremos desde la mitad de la masa hace abajo sin llegar a tocar los bordes.
- A continuación doblaremos la masa por la mitad como haciendo una media luna, aplastaremos los bordes y dispondremos el “pastisset” sobre una bandeja cubierta con papel vegetal.
- Una vez tengamos toda la bandeja llena de “pastissets” los untaremos cada uno con un pincel con huevo batido.
- Finalmente espolvorearemos una mezcla de azúcar moreno y canela sobre ellos.
- Encenderemos el horno a 180ºC calor arriba y abajo y hornearemos durante unos 15 minutos o hasta que veamos que la masa se dore.
- Sacaremos del horno y dejaremos enfriar en la misma bandeja sobre una rejilla, si es que podemos resistirnos a probar alguno aún caliente.
Utensilios:
- 3 ó 4 Bandejas de aluminio de unos 30x40 cm.
- 2 ollas (una de tamaño grande y otra de tamaño mediano)
- Báscula
- 1 bol de cocina
- 1 cuchara de postre
- Thermomix o batidora
- Papel vegetal
- Vaso pequeño de unos 100 ml.
- Espátula rígida
- Pincel de silicona
- Bol para mezclar el azúcar y la canela
Tips
- La receta tradicional valenciana sólo usa anís para pastas o aguardiente y añade 2 cucharadas ó 1 medida de azúcar; sin embargo mi abuela, cuya receta yo he seguido, usaba 2 medidas de anís y 1 de moscatel que hace que la masa quede como más hojaldrada y con un sabor especial, y no le ponía nada de azúcar, pues el relleno ya es bastante dulce. Este era su secreto o, mejor dicho, su toque, y es el que he querido mantener.
- Los “pastissos” o “pastissets” son un dulce típico valenciano que sólo se hace y se consume durante la Navidad, el resto del año ya no se elaboran, al menos en las casas.
- Lo tradicional era elaborarlos en casa y llevarlos al horno (panadería) más cercano a cocerlos, pero la verdad es que esa costumbre se ha perdido en favor de la comodidad. Recuerdo perfectamente ese momento en el que iba con mi abuela al horno de la esquina de su casa y me complace haber podido disfrutar de esa costumbre con ella.
- Algo que también me encantaba era poder disfrutar sólo de la pasta hojaldrada, por lo que las últimas bolitas de pasta ya no las aplanábamos y rellenábamos, sino que sólo les hacíamos unos agujeritos en el medio y los convertíamos en rollitos, los pintábamos y cubríamos con azúcar y canela (tal como podéis ver en la foto de abajo). Lo mejor de todo es que nada más salían del horno, todavía templados, nos los comíamos; la media sonrisa que se iba, poco a poco, dibujando en el rostro de mi abuela viéndome a mi y a mis hermanas comer con tanta ansia sus rollets era, sin duda, su mayor recompensa y, desde luego, uno de los mejores recuerdos que guardo de ella.
Este mes como es especial por ser Navidad, no hemos elegido objeto, sin embargo para la presentación en sociedad de mis “pastissets o pastissos de boniato” he elegido diferentes objetos con gran valor sentimental, pues son un auténtico recuerdo a las tradiciones navideñas de mi familia materna, porque las herencias que evocan a mi pasión por la repostería son lo que realmente merecía la pena ensalzar. Así pues, podéis ver en las fotos algunos de los objetos que eran de ella y de los que me siento muy orgullosa de poder tener entre mis pertenencias, como son la tabla de madera con la que mi abuela llevaba al horno los “pastissos” en Navidad y las “monas” en Pascua y un mantelito hecho de ganchillo, su gran afición después de haber hecho todas las tareas de la casa. Recuerdo cuando después de comer se sentaba en su silla o en su rincón del sofá según la época del año que fuera y se cogía su labor y no paraba hasta hora de merendar, luego según el día continuaba hasta la hora de hacer la cena. Nos ha hecho múltiples elaboraciones de ganchillo que, aunque en su momento no sentía que fuera algo especial, ahora, la verdad, es que me alegro de que me las hiciera, pues es la manera de mantenerla viva en mi vida y en la vida de mi hijas. Igual ahora no es lo que más se lleva y no son demasiado útiles, pero son especiales porque están hechas gran con cariño y amor. Lo que realmente hace especial este dulce es él en sí mismo porque es el recuerdo y la materialización de lo que para mí es la auténtica Navidad, y desde luego mi abuela, si los está viendo, se sentirá orgullosa de su hija (mi madre) y, por supuesto, de mí, porque nos han salido como a ella le gustaban perfectos, lisos y muy hojaldrados y con el auténtico sabor a un buen pastisset de boniato. Estoy segura que a Sus Majestades los Reyes de Oriente también les encantan, porque, desde que tengo uso de razón, no han dejado ni las migas. Este año en vez de dejar tres pastissos, como cada año, igual tenemos que dejar cuatro, porque Artabán seguro que también estará encantado de probarlo.
Sólo me queda haceros dos sugerencias. La primera que os paséis por aquí y disfrutéis viendo todas las propuestas, inspiradas en Artabán, el cuarto Rey Mago, que con tanta dedicación y cariño se han elaborado para que nuestra fiesta Navideña sea un éxito rotundo. Y la segunda que no dejéis de probar este dulce tradicional, porque os aseguro que que vais a poder disfrutar del sabor a Navidad y a invierno y, aunque llevan su trabajo, lo bonito y entrañable es elaborarlos con algún ser querido, por el simple hecho de pasar un tiempo juntos, que de eso se trata también.
Espero que os animéis a hacer los tradicionales “pastissos” para vuestras fiestas y celebraciones Navideñas y si elegís esta receta no dudéis en contarme la experiencia. Lo podéis hacer por la redes sociales Facebook o Instagram o enviando un email.
Besitos, Belén